lunes, 22 de septiembre de 2008

Humor entre burkas


Kabul Disco 1:
Cómo no fui secuestrado en Afganistán

Nicolas Wild
Ponent Mon, 2008
176 paginas b/n
Precio: 15 euros
ISBN: 978-84-92444-02-1

Desde su propio título, Kabul Disco 1: Cómo no fui secuestrado en Afganistán (Ponent Mon, 2008) llama poderosamente la atención. Si además suma una divertida portada - que muy bien podría haber firmado Forges – en la cual el autor del cómic aparece caricaturizado en pleno baile de salón con una mujer con burka sobre el cañón de un viejo tanque soviético, la curiosidad sale de nuestra boca cual castiza frase de delicado vodevil: ¡Pero… esto… ¿de qué coño va?!

Nicolas Wild es un dibujante y guionista francés desconocido en nuestro país y más o menos en el suyo también. Un día recibe una llamada en el apartamento donde está de prestado. Le ofrecen un trabajo curioso: llevar al lenguaje del cómic la nueva constitución afgana. Wild que aquella tarde tiene libre, dice que sí y se va a Afganistán ya que le aseguran que «el país ha salido de la guerra». El resultado es la primera entrega de Kabul Disco, una historia auténtica aunque parezca del todo surrealista, narrada de forma ágil y didáctica. El tomo se ha complementado con páginas reales del cómic sobre la nueva constitución afgana y com algunas fotos de los propios protagonistas de turismo por la región.
Estilística - dibujo simple, efectivo y en cierta medida caricaturesco - y temáticamente es evidente encontrar coincidencias con obras de Guy Delisle (Shenzen, Pyongyang y Crónicas Birmanas); Art Spiegelman (Mause) o Marjane Satrapi (Persépolis), todos ellos autores que sin escatimar grandes dosis de humor, ternura e ironía dan un gran valor a la narración didáctica, uno de los principales valores de este tipo de novelas gráficas. Por cierto, ya hay un segundo volumen en preparación que se titulará Kabul Disco 2: Cómo no me convertí en opiómano en Afganistán.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Catarsis onanista

Pobre cabrón
Joe Matt
La Cúpula, 2006
176 páginas – B/N
Precio: 9,95 euros
ISBN: 84-7833-690-7

El término catarsis (del griego Κάθαρσις, purga o purificación) es aplicado a menudo en la medicina, la tragedia griega, el psicoanálisis e incluso referente a la risa siendo descrito como una experiencia interior purificadora que es provocada por un estímulo externo.
En el caso del dibujante y guionista norteamericano Joe Matt (Filadelfia, Pennsylvania, 1963) queda claro que tal estímulo llega del sexo opuesto, cuya presencia latente le provoca constantes purificaciones de tipo onanista
con mayor o menor significado. Pobre cabrón (La Cúpula 2006), en inglés The Poor Bastard, muy bien hubiera podido llamarse en castellano Pobre pajero si se atiende al argumento de una novela gráfica del tipo slice of life - término usado para describir historias cotidianas de personas corrientes - en la que el autor no tiene ningún reparo en mostrarse como un consumado onanista, además de un cabronazo redomado.
Joe Matt recoge aquí los primeros seis números de su revista autobiográfica Peepshow donde describe con todo lujo de detalles sus constantes disputas con su pareja, sus paranoias y manías, su insaciable afición a la pornografía, su tacañería, su falta de tacto, sobre todo con las mujeres… Unos problemas que a menudo se parecen demasiado a los nuestros lo que provoca una risilla nerviosa al verlos ventilados en público.
Estilísticamente nos encontramos ante un autor influenciado por clásicos del comic underground como Art Spiegelman, Robert Crumb y Harvey Pekar; por los de su segunda generación como Peter Bagge, Daniel Clowes o David Lapham y también por Chester Brown y Seth, colegas de Matt en la editorial canadiense Drawn & Quarterly, que incluso se pasean por las páginas de Pobre cabrón.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Viaje alrededor del mundo en seis comics

En los últimos años, el mundo del cómic ha evolucionado de forma asombrosa con un aumento espectacular tanto en demanda y oferta como en temática.
Este hecho ha resultado patente incluso a personas ajenas a esa maravillosa adición que es la lectura compulsiva de todo tipo de comics, antes tebeos, hoy también llamados novelas gráficas, que, de sopetón, han visto cómo aparecen en sus ciudades librerías especializadas y cómo crecen los estantes temáticos en las grandes superficies.
Por si fuera poco, el Ministerio de Cultura creó y entregó por vez primera, en 2007, el Premio Nacional del Cómic lo que supuso la definitiva dignificación de una inquietud artística que para sus irreductibles seguidores está considerada como el Noveno Arte.
Aprovechando tan favorables circunstancias les ofrezco un viaje singular alrededor del mundo a través de media docena de novelas gráficas, ergo comics, de autores e historias llegadas de lugares tan lejanos entre sí como Nueva Zelanda, Israel, Francia, EE.UU, Brasil, Afganistán, Marruecos, Corea del Norte, México y Menorca para que disfruten del placer de volar sin moverse de su sofá. Ahí van:

Hicksville (Ediciones del Ponent, 2003)
Dylan Horrocks entregó con esta novela gráfica una imagen melancólica alrededor de una ficción que bien podría ser borgiana. La acción se desarrolla en el legendario faro de Kupe, Nueva Zelanda, donde el protagonista encuentra una magnífica biblioteca de comics que nunca fueron dibujados. Pero la tristeza de tal imagen es traicionada por la alegría y el desenfado de la novela.

Cuaderno de viaje (Astiberri, 2006)
El aparentemente sencillo diario de un viaje nos acerca a la obra del estadounidense Craig Thompson. En Cuaderno de viaje, el autor de obras capitales como Blankets o Adiós, Chunky Rice nos regala una mirada de viajero frágil y melancólico aderezada con bocetos, apuntes y comentarios de su actividad diaria durante su viaje de París a Barcelona, pasando por Marruecos y Suiza.

Pyongyang (Astiberri, 2007)
El canadiense Guy Delisle nos descubre cómo es la vida en Corea del Norte según la visión aguda y nada complaciente de un supervisor de dibujos animados europeos realizados en la capital norcoreana reflejando de forma magistral el día a día en uno de los regímenes totalitarios más cerrados del mundo. Las anécdotas tragicómicas sirven de contrapunto frente al horror de la dictadura.

El Fotógrafo (Glénat, 2007)
De las experiencias del viaje de un grupo de Médicos Sin Fronteras hasta el corazón de Afganistán nació esta obra de arte que fusiona fotografía y cómic de manera ejemplar. La narración de Emmanuel Guibert, una historia hecha enteramente de realidad, es el material sensible del que se abastece el dibujante Guibert Lefèvre para recrearnos los sinsabores y las alegrías de la expedición.

Metralla (SinSentido, 2006)
En un Israel desgarrado por las tensiones de una guerra interna como escenario, el excepcional dibujante israelí Rutu Modan nos presenta Metralla. La historia, potente, delicada y afilada como navaja de afeitar, narra las vicisitudes de Kobi, un taxista de 33 años, quien después de encontrarse con Numi, amante de 21 años de su distante padre, cree que éste ha muerto en un atentado.

El sueño de México (Edicions de Ponent, 2004)
Extraordinaria road-movie en viñetas, con guión de Ramón de España y dibujo del mallorquín Bartolomé Seguí, que nos lleva de Barcelona a Menorca, con Santa Teresa, una idílica villa de México, al fondo de todo.
Está protagonizada por Carlos, publicista en crisis a causa del mal de amores, y Óscar, un amigo de juventud desaparecido años atrás que cuenta con un turbio pasado.

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Yin Yang animal

Perlas a los Cerdos
Stephan Pastis
Dolmen Editorial, 2008
128 páginas – B/N
Precio: 10,95 euros
Isbn: 978-84-96706-81-1

¿Pueden imaginarse a un licenciado de Ciencias Políticas y Derecho en Berkeley, California, que abandona su trabajo como abogado para dedicarse a dibujar una tira cómica de desternillantes diálogos de besugos entre una rata arrogante e hija de puta y un cerdo idiota que come bacón? ¿Sí? Pues bien, dejen de hacerlo antes de que se les acuse de plagio. Porque ese mismo sería un somero resumen de la serie Pearls Before Swine - en nuestro país: Perlas a los Cerdos (Dolmen Editorial, 2008) - , del dibujante greco-americano Stephan Pastis (San Marino, California, 1968).

Perlas a los Cerdos gira en torno a dos personajes principales – Rata y Cerdo –, yin y yang del humor negro y absurdo acompañados por unos secundarios de lujo. Entre ellos destacan con todos los honores una cabra cerebral y reticente con aspecto beatnik alucinada por la profunda limitación mental de sus compañeros de tira y una cebra activista arquetipo de humor a rayas blanquinegras que negocia sin éxito una política conciliadora con los leones para que estos dejen de matar a sus compañeras de manada.
En definitiva, todo un monumento al humor negro inteligente con mucho de Gary Larson (The Far Side); Jim Davis (Garfield); Joscha Sauer (Nichtlustig); Jim Toomey (Sherman's Lagoon); Das Pastoras (Ustedes perdonen) o Michael Fry & T. Lewis (Over The Hedge) como también de Scott Adams (Dilbert); Groucho Marx y Woody Allen. Junto a su dibujo minimalista del tipo deconstructivista que ejemplifica perfectamente un regreso a lo básico que comparte con Charles Schulz (Peanuts); Perlas a los Cerdos es desde ya otra de esas piezas de referencia del humorismo internacional.

lunes, 1 de septiembre de 2008

Pura novela gráfica

Frente a aquellos autores que priman de forma absolutista el dibujo sobre el argumento, convirtiéndolo en secundario, casi inexistente - como Geof Darrow en Shaolin Cowboy, por citar un ejemplo –, Alfonso Zapico ha firmado con su Café Budapest (Astiberri, 2008) el paradigma de la novela gráfica. Y es que el primer trabajo publicado en nuestro país por este dibujante y guionista asturiano que ya ha visto editado en el mercado francófono La guerre du professeur Bertenev (Editions Paquet, 2006) - es precisamente eso: pura novela gráfica. Narración en viñetas engarzada a la perfección en un contexto histórico bien trabajado que nos lleva al final de la II Guerra Mundial y, concretamente, al nacimiento del estado de Israel. Este contexto sirve de lecho sobre el que fluye la historia ficticia del violinista judío Ychezkel Damjanich.
Pero el solido guión de este apasionante y bien narrado viaje de ida y vuelta entre la capital húngara y la ciudad de Jerusalén, viaje que recuerda por su temática y tratamiento a comics como el Maus de Spiegelman o Klezmer de Joann Sfar; y a películas como El pianista de Polánski, no implica un descuido en el dibujo. De hecho, Zapico domina el arte de la distribución de las viñetas de cada página, del discurso gráfico y del detalle. Leyendo al asturiano recordamos a dibujantes como el canadiense Craig Thompson o el japonés Taniguchi; la nouvelle vague de la BD francesa encarnada por Joann Sfar, C. Blain, Lewis Trondheim, Dupuis, Berberian o David B; a clásicos como Uderzo, Goscigny, Giraud, Hergé, Frankin; a grandes dibujantes españoles como Ivá, Víctor de la Fuente, Carlos Giménez, Paco Roca, Luís Durán, Tomeu Seguí…