domingo, 8 de noviembre de 2009

Los Sustitutos 2: De carne y hueso (Glénat, 2009)










Los Sustitutos / The Surrogates 2: De carne y hueso
Robert Venditti y Brett Weldele
Glénat, 2009
144 páginas / color
Precio: 19,95 euros
ISBN: 978-84-8357-573-4

Robert Venditti y Brett Weldele componen el tándem creador de The Surrogates, novela gráfica de ciencia ficción que se mueve entre el mainstream y el cómic independiente, entre lo popular y lo alternativo, mientras funde elementos del género negro y del folletín. Pergeñada al más puro estilo cyberpunk de películas como Blade Runner, Matrix o 12 monos, con un desarrollo argumental magistral en cuanto a su presentación y desenlace pero con nudo un tanto breve en su despliegue, su segunda entrega de las tres previstas – aunque según su autor es posible que ahora sean cinco - acaba de ser publicada en nuestro país de forma paralela a la llegada a las pantallas españolas de una libre adaptación al cine protagonizada por Bruce Willis y dirigida por Jonathan Mostow (Terminator 3).
The Surrogates también destaca el polémico trabajo gráfico de Brett Weldele - esquemático, tan parco en detalles como un boceto – que, a pesar de su simplicidad, no deja de resultar atractivo gracias a su fusión de lápiz, tinta, tóner y pintura.
En Los Sustitutos: de carne y hueso (Glénat, 2009) la acción ocurre 15 años antes del año 2054, donde se sitúa la trama del primer volumen de la serie, y en el se explican los acontecimientos y circunstancias que llevaron a ese mundo donde la fusión de realidad virtual y cibernética ha dado lugar a la era de los surrogates personales. Estos androides permiten a sus operadores interactuar con el mundo real y experimentar, desde el diván de su casa, todo lo que sus sustitutos robóticos viven para ellos.
Un mundo ‘perfecto’, sin crímenes, sin contagios, sin discriminaciones, donde todo parece funcionar como si de un simple juego de rol se tratara pero escondiendo un peliagudo trasfondo filosófico que recuerda a Rubén Blades cuando canta eso de Se ven las caras / pero nunca el corazón. / Del polvo venimos todos / y allí regresaremos, como dice la canción. / Recuerda que el plástico se derrite / si le da de lleno el sol.