sábado, 27 de noviembre de 2010

Dios en persona (Sins Entido, 2010)










Dios en persona
Marc-Antoine Mathieu
Sins Entido, 2010
128 páginas / blanco y negro
Precio: 18 euros
ISBN: 978-84-967-2263-7


Dios en persona (Sins Entido), del autor francés Marc-Antoine Mathieu (Angers, 1959) es una de las novelas gráficas más exigentes, irónicas, densas y gratificadoramente intelectuales entre todas las publicadas en 2010. Y eso es decir una barbaridad. Porque el mercado editorial del cómic se ha lanzado, en los últimos años, hacia lo infinitesimal.
Ganadora muy merecidamente del Gran Premio de la Crítica 2010 de la ACBD (Asociación de Críticos y periodistas de la BD), la obra de Mathieu ironiza, a la par que denuncia, sobre los medios de comunicación de masas, los mass media, y sobre la publicidad, el auténtico dios de esta historia. Su argumento, presentado a la manera de un reportaje televisivo, juega con la idea de qué haría la sociedad occidental actual si Dios apareciera como un tipo normal y corriente en la cola del paro.
Dios en persona recuerda en ciertos aspectos con la feroz sátira al medio publicitario que supuso la novela de Frédéric Beigbeder 99 francos (retitulada 13,99 euros con el paso a la moneda única) y en otros con la famosa película Milagro en la calle 34 (George Seaton, 1947) en la que el auténtico Papa Noel se convertía en un ancianito que acababa en los tribunales que servía para defender los valores navideños.
Por otra parte, Mathieu no es el primer autor que dedica últimamente un cómic a Dios. Sirvan de ejemplo Robert Crumb (Génesis) y Ralf König (Arquetipo y Prototipo), títulos memorables que se unen a Contrato con Dios (1978), el clásico de Will Eisner.
Para aderezar el caldo de intelectualidad intercala numerosas citas de personalidades históricas del mundo de las Artes, las Ciencias, la Filosofía, la Economía, la Psicología como Voltaire, Jean-Paul Sartre, René Descartes, Gustave Flaubert, Albert Einstein, Carl Gustav Jung, Gotthold E. Lessing, el Abad Galiani o Blaise Pascal, entre otros, con el fin alcanzado de crear un guión muy literario y denso que invita a la reflexión. En cuanto al dibujo éste destaca por su trazo elegante en negro, gris y blanco que refuerza la idea de un poder en la sombra y no precisamente divino.