lunes, 14 de febrero de 2011

Castillo de arena (Astiberri, 2010)









Castillo de arena
Frederik Peeters y Pierre Oscar Lévy
Astiberri, 2010
104 páginas / blanco y negro
Precio: 18 euros
ISBN: 978-84-92769-73-5

El dibujante y guionista suizo de origen holandés Frederik Peeters (Ginebra, 1974) es una de las figuras más destacadas de la nueva generación del cómic europeo. El autor de obras como Píldoras azules (2004), autobiográfica historia de amor en la que relata su relación con su compañera, madre seropositiva de un niño de tres años también aquejado por esta enfermedad; la surrealista Paquidermo (2009); el recopilatorio de historias cortas Dándole vueltas (2009) o las series Koma (2006 – 2009); Lupus (2004 – 2007) y R.G (2007 – 2008), nos presenta ahora Castillo de arena (2010), una extraordinaria novela gráfica en la que da un paso más allá.
Pergeñada en colaboración con Pierre Oscar Lévy (París, 1955), cineasta francés especializado en documentales que cuenta en su palmarés con una Palma de Oro del Festival de Cannes, ha sido descrita por el propio Peeters como «un relato misterioso a lo Ray Bradbury, con un toque social y un lado oscuro». Pero el marcado gusto por lo simbólico, los apuntes bufonescos y una de las claves de la trama nos remiten, sin dudar, a la obra de Luís Buñuel, en concreto a El Ángel exterminador (1962). Resulta indudable que el Séptimo Arte está profundamente arraigado en esta obra. Incluso su origen se encuentra en un guión para una película que no llegó a filmarse y que ahora se ha visto transformado en guión de cómic.
El argumento de Castillo de arena nos presenta a trece personajes que van a pasar un día de verano a una playa de difícil acceso. La a priori plácida jornada se convierte en una pesadilla para sus protagonista a raíz de la aparición del cadáver de una mujer y de la constatación de que, por algún raro fenómeno, no es posible salir de la playa. Aunque lo más grave aún está por llegar, ya que pronto se dan cuenta de que están envejeciendo rápidamente. Una historia llena de tensión que Peeters maneja con sus habituales maestrías narrativa y plástica.