miércoles, 23 de febrero de 2011

Todo el mundo es imbécil menos yo (La Cúpula)






Todo el mundo es imbécil menos yo
Peter Bagge
La Cúpula, 2011
120 páginas / color
Precio: 19 euros
ISBN: 978-84-7833-929-7

Todo el mundo es imbécil menos yo y otras agudas observaciones (La Cúpula, 2011) es lo último editado en nuestro país de ese genio perverso y libertario del underground estadounidense llamado Peter Bagge (Nueva York, 1957). Supone la primera recopilación de las historietas aparecidas en la revista liberal Reason en esta primera década del siglo XXI. En ellas, Bagge radiografía su época a cara de perro sin dejar títere con cabeza siguiendo un esquema fijo de columnas periodísticas gráficas en clave de sátira política de entre una y cuatro páginas. Guerra, sexo, arte, finanzas, tinglados varios, tragedias, política… El libro concluye con una serie de artículos bajo el epígrafe de ‘Nuestro estúpido país’ que no debieron granjearle muchos amigos en el de la bandera de barras y estrellas.
Residente desde hace décadas en Seattle, el historietista neoyorquino alcanzó el olimpo de la fama con Odio, para muchos la serie más importante editada en la década de los noventa. En ella encarnaba descarnadamente, a través de Buddy Bradley, su personaje tótem, el retrato robot de esa burda mentira llamada Generación X. Su característico estilo que bebía de los grandes de la primera generación del cómic estadounidense como Robert Crumb o Gilbert Shelton, se convirtió a su vez en uno de los más influyentes desde los noventa hasta ahora. Puro grunge gráfico que campaba a sus anchas en obras como Studs Kirby (2008); Apocalipsis friki (2009); Sudando tinta (2010) u Other lives (2010), todas ellas editadas en nuestro país por La Cúpula, igual que la serie Odio.
Todo el mundo es imbécil menos yo y otras agudas observaciones está considerada la nueva gran obra de Bagge en lo que va de siglo XXI. Una obra preñada, en exceso, con enormes bocadillos que se comen los dibujos. Pero que resultan necesarios para desarrollar unas ideas que encenderán los ánimos de los lectores no norteamericanos que, en muchos casos, encontrarán ora marcianas, ora liberales, ora tremendamente reaccionarias y finalmente absolutamente progresistas.