viernes, 7 de noviembre de 2008

Una de vaqueros

Durango 1
Yves Swolfs
Planeta DeAgostini, 2008
144 paginas color
Precio: 13,95 euros
ISBN: 978-84-674-5594-6

Al igual que en el séptimo arte, donde el western es uno de los géneros fundamentales en el contexto de lo que se entiende como ‘cine clásico’, el cómic siempre ha sido muy receptivo a ese capítulo de la historia de los Estados Unidos popularmente conocida como la Conquista del Oeste. El cómic, insisto, ha reflejado a menudo y con pasión la iconografía más característica de tal periodo - sombreros tejanos, pistolas, chalecos, caballos, desiertos, cañones, ciudades-calle, saloons, ranchos, diligencias, indios...-, creando series tan destacables como Blueberry, de Jean Michel Giraud; Comanche, de Hermann; o Jonathan Cartland, de Michel Blanc-Dumont; por nombrar tres de auténtico culto entre una lista que resultaría interminable y a la que pertenece, en lugar destacado, Durango.
Como si del mismísimo Sergio Leone de la viñeta se tratara, su autor, el belga Yves Swolfs (Bruselas, 1955), comenzó a publicar a principios de los ochenta esta serie que reescribe las fórmulas del spaghetti western a lo largo de sus 14 álbumes editados hasta la fecha. En ellos se relatan las peripecias de pacificador llamado Durango. Inspirado sin vergüenza alguna en el Clint Eastwood de La Trilogía del dólar de Sergio Leone (a saber: Por un puñado de dólares, La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo) al que se le añaden abundantes dosis de ese western abigarrado y violento propio del gran Sam Peckinpah, Durango aplica una justicia que todos comprenden en el Salvaje Oeste: la de su pistola Mauser C96.
El formato elegido por Planeta DeAgostini para este primer tomo de Durango que recopila las tres primeras entregas de la serie - Los perros mueren en invierno, La fuerza de la ira y Trampa – es el llamado BD Book. Este formato reduce el tamaño original de la obra en aras de una mejor relación número de páginas / precio. Sin embargo, esa misma reducción y la dudosa calidad en el escaneado de varias páginas dejan insatisfecho al más sibarita lector de tebeos.
En cuanto al estilo, Durango muestra a Swolfs, hoy bien conocido en nuestro país por obras como Leyenda o James Healer, como un dibujante algo primerizo, hábil narrador y poseedor de un estilo clásico y detallista influenciado por Giraud, que va mostrando una evolución gradual y constante hasta convertirse él mismo en un maestro.