Aventuras
de un oficinista japonés
José Domingo
Bang, 2011
120
páginas / color
tapa
dura, 24 x 33 cm
Precio:
22 euros
ISBN:
978-84-1505-132-9
El tebeo
español (Francisco Ibáñez, José Escobar,
Manuel Vázquez, JAN…); los cómics de superhéroes
americanos, el manga en general
y el de Akira Toriyama en
particular; el cómic europeo y, si me apuran, el personaje de Bob
Esponja del americano Stephen
Hillenburg, nutren a José Domingo
(Zaragoza, 1982) a la hora de crear
cómics de lo más surrealista. Como, por ejemplo, su último álbum, Aventuras
de un oficinista japonés (Bang,
2011), en el que narra, con un humor radicalmente gráfico, las experiencias
peripatéticas de un sencillo oficinista nipón de regreso a casa.
Este dibujante maño, con nombre de
cantautor indie y residente en Galicia
desde hace ya varios años, es muy conocido como parte del colectivo Polaqia,
por sus historietas cortas en la revista-antología Barsowia y como diseñador
de personajes y dibujante de storyboards
para animación en Dygra Films, donde
coincidió con ese otro grande del cómic gallego llamado David Rubín.
Volviendo a Aventuras de un oficinista
japonés, el álbum destaca sobre todo por el ya comentado radicalismo
gráfico. Domingo ha querido trabajar
ciñéndose a un corsé rígido de cuatro grandes viñetas por página, absolutamente
carentes de cualquier palabra, letra o signo ortográfico. Cada viñeta impulsa a
la siguiente como si de un efecto dominó se tratara propiciando así la creación
de las distintas tramas sobre un hilo argumental de lo más surrealista,
sorprendente y aleatorio en el que tienen cabida desde batallas interplanetarias,
romances, viajes en el tiempo, experimentos siniestros o apariciones divinas.