El Salón
Nick Bertozzi
Astiberri, 2008
192 páginas color
Precio: 22 euros
ISBN: 978-84-968-1536-0
www.astiberri.com
En El Salón (Astiberri, 2008), el autor norteamericano de cómic independiente Nick Bertozzi no ha dudado en ‘rehacer’ de forma muy personal e imaginativa una parte fundamental de la historia del arte – el origen del cubismo – a la hora de acometer una inteligente trama en la que se funden elementos del cine de suspense - unos misteriosos y brutales asesinatos - y del realismo mágico latinoamericano - cierta absenta de color azul con poderes místicos capaces de introducir al que la bebe en un cuadro -. Aclamada por crítica y público, el último cómic de Bertozzi ha recibido una dosis extra de publicidad en los EE.UU a causa del juicio por obscenidad a un librero de Georgia por vender un cómic en el que se le ve la polla a Picasso, entre otras escenas de ‘sexo explícito’ que en Europa nos resultan inocentes.
Con el París de 1907 como escenario, El Salón recrea libremente las tertulias reales que tuvieron lugar en el domicilio parisino de Gertrude Stein, mecenas de varios de los intelectuales y artistas más influyentes de la vanguardia artística del siglo XX como fueron Pablo Picasso, Georges Braque, Guillaume Apollinaire, Erik Satie o Alice B. Toklas, entre otros. A todos ellos. Bertozzi les convierte en directos protagonistas de la trama.
En cuanto a lo gráfico, en El Salón destacan la medida planificación de unas páginas apaisadas que, en retículas rígidas de cuatro viñetas ligeramente alargadas, parecen dar un homenaje a las tiras de los periódicos; el fascinante uso del color, en total coherencia con unos dibujos que se ajustan como guante de seda a lo que se quiere contar; la profundidad de unas viñetas, con personajes dibujados desde todos los ángulos posibles en segundos y terceros planos que dotan a las páginas de un efecto tridimensional.
Por todo ello, El Salón es un trabajo destinado a un público adulto y sibarita, en contraposición con Houdini: El rey de las esposas (Astiberri, 2007), su anterior trabajo junto a Jason Lutes, cuyo dibujo había sido conscientemente simplificado para acercarse a un público juvenil y no necesariamente relacionado con la historieta.