miércoles, 10 de junio de 2009

Sol, playa y cómic


Ha llegado la hora de prepararnos para la playa: Protector solar, gorra, sombrilla, botellita de agua, toalla y ¡un buen cómic!
El cómic se ha colado en la sociedad a todos los niveles con un grado de autoexigencia encomiable. Ahora en la infinidad de obras que se publican en nuestro país hay títulos para todos los públicos, gustos y condiciones. Aquí van unas cuantas recomendaciones.
El juego de las golondrinas (Sins Entido, 2008), de la dibujante libanesa Zeina Abirached. Narra la tierna historia de dos niños en Beirut, durante una noche de bombardeos, y que cuenta con un tratamiento gráfico exquisito. Igual ocurre en El último gran viaje de Olivier Duveau (Astiberri), de Jali. El pamplonica ha firmado una obra visualmente poética que delata su gusto por la estética gótica característica de Tim Burton.


El mundo de la adolescencia, con todas sus dudas y desasosiegos, ha sido perfectamente retratada en los mangas El amor duele (Ponent Mon), de la japonesa Kiriko Nananan, y Skim (La Cúpula), de Mariko y Jilian Tamaki, dos primas canadienses de origen nipón.

Si usted es de los que prefiere los ‘clásicos de la literatura juvenil’ no puede ni debe resistirse a tres revisiones excelentes: El Príncipe de la noche (Glénat), del belga Yves Swolfs sobre el mito de Drácula;


Long John Silver (Norma Editorial), de los franceses Dorison y Lauffray, una genial y novedosa perspectiva de La Isla del Tesoro o Nemo (Dibbuks), del también galo Brüno, que visita a Jules Verne y en concreto 20.000 leguas de viajes submarino.


Por su parte, Robert Venditti y Brett Veldele combinan magistralmente a lo Matrix los géneros de la novela policíaca y la ciencia ficción en The Surrogates (Glénat).


Para terminar dos títulos para los más jóvenes: Porquinho (Planeta DeAgostini), el cerdito futbolista de Àlex López y Lorenzos Land (Panini Cómics), un tebeo homenaje a la carrera del motociclista mallorquín Jorge Lorenzo.